Desde tiempos remotos, el ser humano, ha obtenido grandes descubrimientos, muchos logros y excesivas conquistas poblacionales y personales. Pero pocas veces ha podido obtener un logro personal, esto se refiere a sentir que ha obtenido un placer unico que atraviesa cuando se siente realizado, capaz de sus cualidades y conocedor de sus defectos.
Muchas personas hoy en dia, abogan por su beneficio material y monetario, pero son escasas las que velan por su seguridad emocional, por su control y dominio personal. Muchas albergan pensamientos machistas o narcistas en ellas mismas y se alejan de su aproximacion humana, aquella que los mantiene ligados a los principios divinos. Es decir, el logro personal esta muy de la mano con los mandatos divinos, lo que quiere decir, que lo aleja de lo material, de lo imitativo, de lo fugaz.
De una manera mas amplia, se manifiesta el logro personal, como la admiracion unica por la personalidad humana, aquella que le brinda al hombre el goce de sentirse en calma, de poseer paz interior; para lo cual, durante su vida cotidiana y excesiva necesita de pautas, de normas lo que lo haran mas fuerte, y menos equivocado. Estamos hablando de los principios morales, los que iran de la mano con los mandatos divinos, los que dios encomienda. La presencia de dios en el actuar humano, embellece su caminar. Es cierto ademas, que la biblia misma menciona, que el hombre no consta con la capacidad de encaminarse solo, por ello, se establece una necesidad entre el ser humano y las reglas religiosas.
Las anecdotas religiosas realizan la capacidad humana, fortalecen la conciencia y amplian la capacidad de realizacion, pero el desarrollo de los mandatos divinos, es decir el cumplimiento de nuestros principios de creacion divinos, nos llenan de calma, nos vuelven reales en el entorno al que fuimos creados, nos hace menos erroneos.
Es por ello, que el logro personal, estable una unica y estrecha relacion entre la capacidad en avance divino y el avance en la capacidad humana.
La primera se manifiesta en cuanto al hombre, debe hacerse cargo de si mismo, de sus experiencias, de sus derrotas y de sus mayores placeres. Este debe constar o adquirir la capacidad de valerse por si mismo, de no culpar al otro porque el esta atravesando o lo que a èl le ocurre, de sentir una buena reconcilia consigo mismo luego de tener un error, de esta forma aprendera la leccion de la mejor manera; se trata de perderle el miedo a lo desconocido, de aproximarnos a lo relativo y hacerle frente a nuestros errores, por son nuestros y esos bellos minutos que gozamos viviendolos no regresaran jamas, se trata de convertir un trago amargo en una experiencia ganada, de asimilar la idea constante que jamas se obtiene un fracaso y siempre se logra una leccion. La segunda fase, muestra la capacidad divina de la debe constar cada ser humano, aquellos principios solidos y naturales, con los que fuimos creados, y que por lo tanto debemos cumplir, pues no debemos ir en contra de ella naturaleza madre, la que nos trajo aqui, es decir estar con Dios; estos principios enfatizan el realizar las acciones mas sanas, aquellas de las cuales el mundo actual nos aleja, y te envuelve en acciones vanas, el realizar lo que muchas veces no nos gusta y mas placer nos trae, pero hablamos de un placer mas fuerte mas duradero, no del de una noche o del de unas hora, hablamos de un placer que te llena el alma, un placer divino y superior.
Ambas capacidad complementan al ser humano, y lo llevan a obtener un logro personal, a sentirse realizado, en la capacidad de haber convivido de la forma mas oportuna en la tierra rodeado de otros mortales. Esto no le evitara equivocarse, pues su naturaleza es ser imperfecto, solo lo ara mas aceptable frente a sus fracasos, llenara su alma de paz interior, y lograra que el pueda decir: estoy viviendo de la mejor manera, estoy viviendo para bien. Esto interiormente lo mantendra honroso, ante los ojos carnales y los ojos divinos, ademas lo resguardara frente a sus adversarios, haciendo que logre una Satisfacion Elevada en este su mundo carnal.
